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Resumen de LACLIMA - SB 62

RESUMEN DE LACLIMA

Conferencia de Bonn 2025

SB 62


En un ambiente de "trabajo a trabajo", el resumen de LACLIMA de este SB62 es más largo de lo habitual, repleto de información e historia sobre los resultados de algunos de los principales temas de negociación en Bonn, y también sobre los eventos relevantes obligatorios que tuvieron lugar, preparando el terreno para la COP 30.


Como siempre, hubo drama. Pero (casi todo) se concluyó y se avanzó un poco hacia Belém, con textos básicos para finalizar las negociaciones en Brasil.


Adaptación

La agenda de adaptación sigue siendo un eje central de las negociaciones climáticas y continúa movilizando la participación activa de diversas partes interesadas, tanto dentro como fuera de las cámaras de negociación. Los debates sobre el tema principal de la agenda, el Objetivo Global de Adaptación (OGA), se centraron en tres frentes principales: 1) el programa de trabajo sobre indicadores de resiliencia climática; 2) la Hoja de Ruta de Adaptación de Bakú, establecida en la COP 29; y 3) la incorporación de diversos enfoques de adaptación. Paralelamente al OGA, las Partes también debatieron otros frentes relevantes de la agenda de adaptación, como los Planes Nacionales de Adaptación (PNA), las Comunicaciones de Adaptación (ComAd), la revisión del Comité de Adaptación (CA) y el Programa de Trabajo de Nairobi (PTN).


Objetivo de Adaptación Global

Las negociaciones sobre el GGA son el tema más destacado en la agenda de adaptación, avanzando con un esfuerzo negociador significativo y bajo intensa presión. Al inicio de la Conferencia, se celebró un taller híbrido en el marco del Programa de Trabajo EAU-Belém para debatir la lista actual de casi 500 indicadores de resiliencia climática. El taller destacó la falta de coordinación del proceso, la fragilidad en la definición de mandatos y la creciente frustración entre las Partes y los expertos. A pesar de la relativa turbulencia del primer día, el amplio reconocimiento de la necesidad de refinar la lista para la COP 30 se trasladó a la sala de negociaciones, donde las Partes comenzaron a definir la continuidad del mandato de los expertos, con el objetivo de proporcionar una orientación más sólida y criterios más claros para reducir y refinar la lista de indicadores. Persistieron profundos desacuerdos a lo largo de las sesiones con respecto a los indicadores para medir los medios de implementación y las consideraciones transversales.


La conclusión aprobada al final de la SB62 solicita que los expertos reduzcan la lista a un máximo de 100 indicadores de aplicación global, incluyendo indicadores relacionados con los medios de implementación y los factores facilitadores, así como consideraciones transversales como la inclusión social, la juventud, el género y los derechos humanos. Las Partes también decidieron incorporar criterios y orientación metodológica para la siguiente etapa, incluyendo la eliminación de indicadores irrelevantes (por ejemplo, los relacionados con la mitigación), la mejora de los indicadores no específicos y la inclusión de narrativas cualitativas, cuando corresponda. Se definió que los subindicadores deberían captar los diversos contextos de las acciones de adaptación, permitiendo a las Partes elegir los más adecuados a sus circunstancias nacionales. Asimismo, se deberían incluir indicadores de los medios de implementación para medir el acceso, la calidad y la financiación para la adaptación, incluyendo su provisión, de conformidad con el Acuerdo de París. Se reconoció también que la escasez de datos disponibles no debería restringir el desarrollo de nuevos indicadores, siempre que este vaya acompañado de apoyo al desarrollo de capacidades en los países en desarrollo.


Se estableció que los expertos deberán reunirse nuevamente, antes del taller programado para realizarse entre SB62 y SB63, en una reunión híbrida, para revisar la coherencia de los metadatos, realizar control de calidad y verificar la adecuación de los indicadores con las directrices definidas, así como presentar una versión final del informe técnico para agosto de 2025. A partir de esto, la Secretaría preparará dos informes de síntesis consecutivos (uno sobre la reunión técnica y otro sobre el taller preparatorio).


Las consideraciones sobre la adaptación transformacional (y otros enfoques de adaptación) y el futuro de la Hoja de Ruta de Adaptación de Bakú finalmente quedaron relegadas a un segundo plano. Si bien fueron el foco de atención de las Partes en algunas sesiones de negociación, las secciones del texto que reflejan estas opiniones se incluyeron únicamente como una nota informal en las conclusiones provisionales del OS sobre el Acuerdo General sobre la Diversidad Biológica (GGA), que se espera sirvan de base para los debates en Belém en noviembre.


Programa de Trabajo de Nairobi

El Programa de Trabajo de Nairobi logró consenso entre las partes durante la primera semana de la SB62. Tras una intensa negociación inicial, las Partes alcanzaron un compromiso equilibrado y aprobaron las conclusiones provisionales. El texto reconoce los avances logrados en la implementación de las actividades del PTN entre mayo de 2024 y marzo de 2025 y reitera su papel central en el fortalecimiento de la acción adaptativa y la resiliencia ante los impactos climáticos, incluidos los impactos transfronterizos y los derivados de riesgos compuestos. Asimismo, refuerza la importancia de integrar enfoques graduales, urgentes, transformadores e impulsados a nivel nacional en las actividades del PTN y solicita a la Secretaría que fortalezca la colaboración con diversos actores del conocimiento, como los pueblos indígenas, las comunidades locales, el sector privado y las instituciones científicas, así como el uso de tecnologías emergentes e innovadoras, entre otros puntos. Este punto de negociación representa un punto de convergencia excepcional en la agenda de adaptación de la SB62, destacando el PTN como un espacio constructivo con el potencial de fortalecer la base técnica del régimen de adaptación de la CMNUCC.


Comunicaciones de adaptación

Las conversaciones comenzaron con un intercambio de experiencias sobre el desarrollo de las Comunicaciones de Adaptación, centrándose en definir los próximos pasos. Las negociaciones avanzaron de forma relativamente positiva, con un amplio reconocimiento de que las características cambiantes de la adaptación en el marco del Acuerdo de París requieren ajustes en los formatos y el contenido de las Comunicaciones de Adaptación. Hubo un amplio consenso sobre la necesidad de preservar su carácter flexible y voluntario, especialmente para evitar imponer nuevas cargas a los países en desarrollo. Sin embargo, la multiplicidad de canales de comunicación utilizados actualmente ha generado fragmentación, y es necesario buscar la coherencia en la información comunicada por las Partes en los instrumentos de presentación de informes. A pesar de la convergencia, las Partes concluyeron que se necesitaría más tiempo para reflexionar sobre el tema y decidieron continuar su consideración en junio de 2026, durante la SB 64.


Planes Nacionales de Adaptación

Las consultas informales sobre los Planes Nacionales de Adaptación (PNAD) se centraron principalmente en cuestiones de procedimiento, sin llegar a un acuerdo sobre los próximos pasos concretos, en consonancia con una tendencia que ha persistido desde conferencias anteriores, en la que las cuestiones de procedimiento cobran protagonismo en medio de profundos desacuerdos entre las Partes respecto al contenido de los textos, en particular respecto a la terminología sobre los medios de implementación y la financiación. Las negociaciones concluyeron con la presentación de conclusiones provisionales con un texto base para su uso en las negociaciones de la COP 30, como se indica en las notas a pie de página.


Comité de Adaptación

El proceso de revisión del progreso, la eficacia y el desempeño del Comité de Adaptación (CA) se ha estancado, lo que refleja importantes desacuerdos sobre la definición de gobernanza. El Grupo Sur presentó propuestas de conciliación para finalizar el proceso, pero no fue posible alcanzar un consenso sobre el papel de la COP y la CP/RA en el CA. Las partes acordaron posponer esta decisión hasta la SB70. La lentitud de estas agendas secundarias pone de manifiesto una cierta desconexión entre el creciente reconocimiento político de la importancia de la adaptación y la capacidad efectiva del régimen para avanzar con decisiones técnicas y operativas que mantengan este impulso.


Equilibrio global

Español Las discusiones sobre la implementación de los resultados del Balance Global (GST) dentro del Diálogo de los EAU han progresado lentamente, marcadas por fuertes divisiones políticas con respecto al alcance, los resultados esperados y el mandato del proceso. Las negociaciones comenzaron bajo el impacto del estancamiento ocurrido en la COP 29 en Bakú, liderado por EIG y AILAC. Con la reanudación de las negociaciones bajo el SB 62, el grupo G77+China, con el apoyo de AOSIS y los LMDCs, abogó por que las discusiones se basaran en el último texto de la COP 29. Sin embargo, Arabia Saudita rechazó cualquier intento de abordar el monitoreo de la implementación del GST, insistiendo en que el enfoque de los diálogos sea asegurar los medios de implementación, especialmente el financiamiento. El LMDC también rechazó la inclusión en el texto de referencias a los párrafos del GST sobre transición energética y eliminación gradual de combustibles fósiles, cuya preservación fue defendida por Australia y AOSIS.


En el penúltimo día de la conferencia, los facilitadores presentaron dos borradores: uno por la mañana y otro por la tarde. La versión más reciente, fechada el 25 de junio, reorganizó y amplió las opciones en negociación, sin consolidar el consenso. El texto presentó múltiples alternativas respecto a la naturaleza, el alcance y la duración del diálogo, reflejando posiciones divergentes. Entre los cambios se encontraba la ampliación del alcance temático de cuatro a siete opciones, el detalle de las fuentes de información y un lenguaje más operativo para los resultados esperados. Las controversias permanecieron entre corchetes, lo que indica avances en la estructuración, pero no en la resolución de los impases.


Australia, Japón, la Unión Europea y otros países apoyaron el envío del borrador de la tarde a Belém, mientras que los países en desarrollo a nivel mundial y el Grupo Árabe prefirieron la versión anterior. India, con el apoyo de Egipto, Marruecos, Australia y Maldivas, propuso enviar ambas versiones en un solo documento. Los facilitadores presentaron la propuesta al presidente del OSE, presentando cuatro opciones: el borrador de la mañana, el borrador de la tarde, una combinación de ambos o la ausencia total de texto.


La sesión plenaria aprobó la continuación de las conversaciones en la COP 30 con base en una nota informal, elaborada para organizar las propuestas y posiciones divergentes de las partes sobre cómo poner en marcha el Diálogo de los EAU. Las dos versiones del texto presentadas el día anterior, ambas con diferentes opciones de redacción, se consideraron en la nota. Los primeros días en Belém determinarán cuál de estas versiones se considerará como base para iniciar las negociaciones.


Transición Justa

Los dos primeros días de la SB62 se dedicaron a las negociaciones para la adopción de la agenda. Este fue un momento importante para el Programa de Trabajo de Transición Justa, ya que, como solución al estancamiento generado por la propuesta de los países en desarrollo a nivel mundial (PMA) respecto a la inclusión de dos puntos en la agenda —uno sobre la restricción de medidas unilaterales y otro sobre la financiación (Artículo 9.1 del Acuerdo de París)—, los presidentes de los órganos subsidiarios determinaron que estos temas se debatieran en el punto de negociación sobre transición justa.


Esta decisión provocó que la sala de negociaciones se viera dominada por las intervenciones de las partes sobre medidas unilaterales, desviando el enfoque de la discusión de este tema. Durante la primera semana, los cofacilitadores del Programa de Trabajo —un representante de Italia y otro de Singapur— abordaron siete temas identificados como relevantes con base en discusiones previas. Posteriormente, presentaron una nota informal. La segunda semana comenzó con la primera discusión sobre esta nota. Inicialmente, surgieron tres cuestiones: la primera se refería al lenguaje utilizado en materia de transición energética y energías renovables; la segunda, al espacio dedicado a las medidas unilaterales; y la tercera, a las opciones para "arreglos institucionales", es decir, la creación de un organismo que aborde la dimensión global de la transición justa y apoye a los países en su implementación.


En los dos últimos días de negociaciones, se consolidó el estancamiento: los países menos adelantados (LMDC) y otros grupos expresaron su insatisfacción con el hecho de que el espacio reservado para el debate sobre medidas unilaterales no incluyera una mención expresa de dicho término. Solicitaron entonces que se incluyera una opción con este texto. Además, los LMDC, el Grupo Árabe y Rusia indicaron que no avanzarían hasta que se revisara el texto sobre la "transición hacia el abandono de los combustibles fósiles", contenido en el párrafo 11g del texto. Por otro lado, países como el Reino Unido, Canadá y Australia argumentaron que no habría tiempo suficiente para incluir las opiniones de todas las partes de forma que se reflejaran plenamente en la nota informal. Por lo tanto, cualquier cambio al texto sería necesariamente desequilibrado. Por lo tanto, declararon que el texto debería remitirse a Belém en su totalidad o no remitirse en absoluto.


Ante el impasse, fueron necesarias dos sesiones informales de negociación (¡esas de "corredor"!) para que el Reino Unido y otros países aceptaran la inclusión de opciones relacionadas con cuestiones prioritarias para los países en desarrollo a nivel mundial y sus aliados. A cambio, los países en desarrollo a nivel mundial también tuvieron que mostrar flexibilidad, aceptando opciones con una redacción aceptable para ambas partes.


Finalmente, se adoptó la decisión de remitir la nota informal a la COP 30 en Belém como base para las discusiones. El texto presentado no es consensuado y contiene varios puntos de desacuerdo entre las partes, lo que refleja dos de los debates más difíciles del Acuerdo de París: la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles y las medidas unilaterales adoptadas por los países desarrollados que afectan especialmente a los países en desarrollo y menos adelantados.


Entre los temas que probablemente suscitarán un nuevo debate en Belém se incluyen las menciones a las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), la meta de 1,5 °C y la cooperación internacional, que incluye debates sobre los medios de implementación. Ha sido un largo camino desde la COP29 en Bakú, donde nos retiramos sin una decisión y, en consecuencia, sin un texto. La nota informal representa ahora una base importante para el inicio de las conversaciones en Belém.


Mitigación

Las negociaciones sobre el Programa de Trabajo de Mitigación (PTM) en Bonn se caracterizaron por intensos debates sobre el alcance del mandato, el concepto de " espacio seguro" y la propuesta de creación de una nueva plataforma digital para facilitar la implementación. Países como Egipto, China, los países en desarrollo a nivel mundial y el Grupo Árabe argumentaron que el PTM debería ajustarse estrictamente al mandato establecido en la decisión 4/CMA.4, es decir, no prescriptivo ni punitivo, basado en la soberanía nacional y sin imponer objetivos. Por otro lado, la AOSIS, la Unión Europea y Australia enfatizaron la necesidad de que el PTM contribuya a una mayor ambición e implemente los mensajes clave de los diálogos, incluyendo referencias a los resultados del GST y los informes de síntesis de las NDC.


La propuesta brasileña de una plataforma digital para conectar proyectos con financiadores generó controversia: mientras algunos países valoraban su potencial de innovación e implementación, otros advirtieron sobre los riesgos de duplicación de esfuerzos, la falta de claridad en cuanto a sus objetivos y la posible superposición indebida con el mandato del MWP. AOSIS y Colombia enfatizaron que la plataforma no debía desviar la atención de los mensajes centrales de mitigación ni utilizarse como justificación para retrasar decisiones. Si bien el debate sobre la plataforma sirvió, en parte, como una válvula de escape para que los países desinteresados en avances concretos del MWP perdieran tiempo en un nuevo tema, la propuesta brasileña también representó una ruptura con la dinámica estancada que había bloqueado el avance del programa durante años. Al introducir un nuevo elemento en el debate, la iniciativa generó reacciones, centró la atención en la implementación y reabrió vías de negociación que habían estado estancadas.


A pesar de las aclaraciones técnicas proporcionadas por Brasil —sobre su alcance modular, bajos costos y complementariedad con las plataformas existentes—, el debate reveló desacuerdos sobre la viabilidad de la propuesta dentro del marco temporal del PTM, cuya continuación se discutirá en 2026. La discusión sobre los elementos de una decisión que se adoptaría en Belém también avanzó tentativamente, con propuestas divergentes sobre la inclusión de los próximos pasos —incluyendo si considerar o no la plataforma dentro del alcance de las negociaciones—, la continuación del PTM y los resultados esperados. Dada la falta de consenso, los facilitadores se comprometieron a redactar una nota informal que reflejara únicamente la estructura discutida —sin elementos sustantivos— como registro preliminar de las discusiones.


En la sesión final, las partes se reunieron para resolver los puntos de desacuerdo y las secciones del texto que quedaron entre corchetes. Tras más de una hora de reunión informal en un rincón de la sala, los negociadores llegaron a un acuerdo sobre el texto a partir del cual se iniciarían las negociaciones en Belém. Sin embargo, en el último momento, antes del cierre de la sesión, Arabia Saudita, en nombre del Grupo Árabe, solicitó que la redacción de la conclusión que presentaba la nota informal incluyera una disposición para una sesión informativa antes de la COP 30 para abordar y profundizar los debates sobre la plataforma. Este punto no fue acordado por las partes, lo que impidió que el texto de la nota informal se aprobara durante dicha sesión. La decisión se dejó entonces en manos de la sesión plenaria final.


El documento adoptado en la sesión plenaria no reflejó la solicitud de Arabia Saudita, y las Partes finalmente aprobaron el texto acordado en la última sesión de negociación. El texto consiste simplemente en una lista de subtítulos que deberían conformar la decisión que se adoptará en Belém: I. Preámbulo; II. Agradecimientos a los Cofacilitadores, los Países Anfitriones y la Secretaría; III. Mejoras al Programa de Trabajo de Mitigación (PTM) (Diálogos Globales y Eventos Centrados en la Inversión) [incluidas consideraciones sobre la plataforma digital]; IV. Resultados del Quinto y Sexto Diálogos Globales, teniendo en cuenta el Informe Anual; V. [Opiniones sobre la Continuación del Programa de Trabajo]; VI. Presentaciones según lo dispuesto en las decisiones 4/CMA.4, 4/CMA.5 y 2/CMA.6. Las diferencias evidentes en el texto son las secciones entre paréntesis: si la plataforma digital se considerará en las discusiones sobre las mejoras al MWP y si habrá un capítulo en la decisión dedicado a abordar la continuación del programa de trabajo.


Artículo 6

Artículo 6.2 – Diálogo sobre la ambición y la cooperación

En la COP 29, la Secretaría de la CMNUCC recibió el mandato de celebrar diálogos sobre ambición durante todas las sesiones de los Órganos Subsidiarios, con el objetivo de estimular el intercambio de información entre las Partes y los observadores sobre cómo los enfoques de cooperación pueden contribuir a una mayor ambición climática. Posteriormente, se celebró el primer Diálogo sobre Ambición del Artículo 6.2, lo que dio inicio a la fase de implementación completa del instrumento. El evento se dividió en dos partes: «Ambición» y «Cooperación», con mesas redondas de debate orientadas a preguntas clave.


La primera parte contó con presentaciones de Suiza, Japón, Brasil, la Unión Europea y CfRN sobre la contribución del Artículo 6.2 al aumento de la ambición de las NDC; de la OACI y Suecia sobre el uso de las ITMO para fines internacionales de mitigación (OIMP), como CORSIA; y de Singapur, el Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos y Kenia, que abordaron la participación del sector privado y el potencial del Artículo 6.2 para financiar compromisos climáticos voluntarios. La segunda sesión se centró en la cooperación. La primera sesión abordó la participación en los beneficios y la justicia en los enfoques cooperativos, con presentaciones de PACM SBM, la Unión Europea, Zambia, Carbon Market Watch y Grassroots Justice Network. La segunda sesión abordó el desarrollo de capacidades, con contribuciones de la Secretaría, GGGI, A6IP, Alemania y Chile. Finalmente, la tercera sesión abordó la cooperación multilateral, con intervenciones de la AGN, el BERD, el BAD y la IETA.


Entre los principales puntos debatidos se destacó la necesidad de cautela por parte de los países vendedores de la ITMO respecto a su presupuesto de carbono, evitando la sobreventa, así como la urgencia de realizar esfuerzos conjuntos de desarrollo de capacidades para ampliar su cuota de mercado. Los países compradores también advirtieron sobre el riesgo de que la falta de un marco jurídico nacional y la demora en la emisión de los ajustes correspondientes pudieran obstaculizar la formalización de los acuerdos. Las sesiones técnicas dirigidas por la Secretaría abordaron el proceso de revisión de datos, los requisitos de presentación de informes y el funcionamiento del Registro Internacional.


Artículo 6.4 – Capacitación sobre el Mecanismo de Crédito (PACM)

Tras la adopción, en la COP 29, de las reglas básicas para la operacionalización del Mecanismo de Acreditación del Acuerdo de París (PACM), tal como se prevé en el artículo 6.4, la atención se centró a partir de entonces en el desarrollo de las directrices complementarias necesarias para el pleno funcionamiento del mecanismo —como las reglas de adicionalidad, la definición de la línea de base y la aprobación de metodologías—, lideradas por el Órgano de Supervisión del Mecanismo (SBM), con el apoyo de sus paneles de expertos.


En este contexto, se celebró en Bonn una jornada de capacitación centrada en el funcionamiento y la participación del PACM, que reunió a una amplia gama de interesados, incluyendo representantes de los gobiernos de las Partes interesadas en organizar actividades, expertos de la Secretaría de la CMNUCC, el sector privado y promotores de proyectos. La capacitación abordó los principales resultados de la COP 29 y los beneficios del PACM en el contexto de los enfoques del Artículo 6.2, así como aspectos técnicos y de procedimiento.


Se discutió el proceso de transición del MDL al PACM; el sistema de información del mecanismo; las formas de participación de las Partes y otras entidades; el estado de la designación de las Autoridades Nacionales Designadas (AND) y los requisitos para la participación de las Partes anfitrionas; el funcionamiento del sistema de registro; los procedimientos de autorización de entidades y actividades; y las funcionalidades del sitio web oficial del PACM.


Artículo 6.8 – Enfoques no comerciales y la Plataforma NMA


Durante las negociaciones en Bonn, el Comité de Glasgow sobre Enfoques No Comerciales (GCNMA), en virtud del Artículo 6.8 del Acuerdo de París, organizó un taller con las Partes y observadores para debatir el uso de la Plataforma NMA, una herramienta digital diseñada para dar visibilidad a los proyectos de mitigación y adaptación climática. Estructurado como un café mundial y una mesa redonda, el evento puso de relieve obstáculos importantes, como la limitación del registro de proyectos a las autoridades nacionales y solo cuando ya se ha establecido una alianza, lo que limita su difusión. También se destacaron la escasa usabilidad, la falta de capacidad de respuesta móvil y la escasez de registros; al finalizar la conferencia, solo dos proyectos (Uganda y Japón) figuraban en la plataforma.


Los grupos de trabajo debatieron experiencias en energías renovables e infraestructura verde, formas de identificar las Áreas de Gestión Ambientalmente Sostenibles (ANM) y sugerencias para permitir el registro de una sola Parte. En la reunión formal de negociación, el grupo LMDC propuso presentar un texto integral, con medidas como la inclusión de proyectos aún no implementados, la creación de un canal de financiamiento a través del Fondo Verde para el Clima (FVC), la celebración de eventos paralelos en la COP 30, incluyendo una sesión sobre el Mecanismo Conjunto de la Amazonía para la Mitigación y la Adaptación con la Gestión Forestal Integrada y Sostenible, y un foro sobre financiamiento de las ANM en 2027. Sin embargo, la propuesta enfrentó resistencia por parte de países como Suiza y la CfRN, especialmente en lo que respecta a la inclusión de las actividades forestales vinculadas al Artículo 5 como ANM. La Secretaría presentó estimaciones de costos para fundamentar las decisiones sobre eventos y mejoras técnicas de la Plataforma.


Tras más de seis horas de negociaciones, se presentó un nuevo texto genérico que contemplaba mejoras en las funcionalidades de la Plataforma, pero sin abordar los puntos controvertidos. Bolivia expresó su oposición al texto, mientras que otras Partes expresaron su frustración por la indiferencia hacia sus esfuerzos en las negociaciones. Al no alcanzarse un consenso, se decidió simplemente remitir el estado de las discusiones a la Presidencia del OSACT, sin un texto final.


Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)

La agenda del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto se centró en su discontinuación, con miras a la creación del Mecanismo para un Desarrollo Limpio (MDL) y su futura absorción por este. Durante la SB 62, las Partes debatieron los plazos para el cierre de las actividades del MDL, incluyendo la emisión de Reducciones Certificadas de Emisiones (RCE), la aprobación y revisión de las metodologías, la acreditación de las entidades operativas designadas, la interacción con las partes interesadas, el cierre de las actividades de la Junta Ejecutiva y la desactivación del registro del mecanismo. El proyecto de decisión final mantuvo opciones para las fechas de cierre, entre 2025 y 2028, que se definirán en la COP 30.


Hubo desacuerdo entre los países: el grupo de los Países en Desarrollo a Nivel Mundial (LMDC) abogó por extender los plazos hasta que el PACM esté plenamente operativo, mientras que otras Partes, como la AOSIS, advirtieron sobre los costos excesivos de una prórroga prolongada. Como seguimiento, se solicitó a la Secretaría que presentara, en la COP 30, una actualización sobre los recursos disponibles en el fondo fiduciario del MDL y una evaluación de los costos y recursos asociados con las fechas propuestas, para fundamentar la decisión de las Partes.


Otro punto de debate fue el destino de los recursos restantes de este fondo. Algunas Partes propusieron mantener los recursos vinculados al MDL hasta su completa desactivación. Otras sugirieron redirigirlos, total o parcialmente, al Fondo de Adaptación, a actividades de desarrollo de capacidades del Artículo 6 para países en desarrollo, a infraestructura de mercado o a acciones para mejorar la transparencia en el marco del Acuerdo de París. Finalmente, las Partes acordaron reanudar las conversaciones en la CP/RP 20 durante la COP 30, basándose en el proyecto de decisión acordado en Bonn.


Financiación

El tema del financiamiento no estuvo presente en la agenda formal de negociación, pero fue discutido en otras reuniones mandadas por decisiones anteriores.


Hoja de ruta de Bakú a Belén por 1,3 billones de dólares

La Hoja de Ruta, que será elaborada por las Presidencias de la COP29 y la COP30, no constituye un tema de negociación formal, pero se realizaron consultas durante la SB62 para conocer las opiniones de las Partes y las partes interesadas sobre el borrador preparado inicialmente por las Presidencias. Durante la consulta con actores no estatales, el Ministerio de Hacienda de Brasil, que apoya a la Presidencia de la COP30 con aportaciones a la Hoja de Ruta, presentó las principales prioridades para el informe del Círculo de Ministros de Economía: reforma de los bancos multilaterales de desarrollo (BMD); expansión de la financiación concesional y los fondos climáticos; creación de plataformas nacionales y aumento de la capacidad nacional para atraer inversiones sostenibles; desarrollo de instrumentos financieros innovadores para movilizar capital privado; y fortalecimiento de los marcos regulatorios para la financiación climática.


Se hizo un llamado a priorizar la financiación para la adaptación y a utilizar instrumentos financieros innovadores, como mecanismos basados en el principio de que quien contamina paga. Los países en desarrollo destacaron las barreras a la calidad de la financiación climática, incluyendo problemas burocráticos que dificultan el acceso directo y el aumento de la deuda, así como el papel complementario de los bancos multilaterales y las instituciones financieras internacionales, que no reemplaza la responsabilidad de los países desarrollados de proporcionar financiación pública. Los comentarios de los países desarrollados se centraron en la importancia de que la Hoja de Ruta considere una amplia variedad de fuentes de financiación, especialmente las formas de movilizar más financiación privada.


En cuanto al proceso, existe frustración por la falta de claridad respecto a los próximos pasos y cómo se reflejarán en la Hoja de Ruta las contribuciones realizadas durante las consultas. Aún no está claro cómo se incorporará o reconocerá en las negociaciones formales de la COP30, ni su eficacia con las partes interesadas más allá del marco de la CMNUCC.


Diálogo de Sharm el Sheikh sobre el artículo 2.1.c en complementariedad con el artículo 9

El mandato de este Diálogo es que las partes intercambien opiniones y mejoren la comprensión del alcance del Artículo 2.1c, que trata de hacer que los flujos financieros sean consistentes con una trayectoria hacia un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero y resiliente al clima, y su complementariedad con el Artículo 9, que aborda la responsabilidad de los países desarrollados de proporcionar financiación a los países en desarrollo.


El primer taller de 2025 contó con presentaciones de expertos sobre tres temas preseleccionados: adaptación, transición justa y cómo el Artículo 2.1.c puede apoyar la implementación del nuevo objetivo colectivo de financiación climática (CQFT), seguidas de debates en grupos más pequeños entre las Partes y las partes interesadas. Sin embargo, no hubo tiempo suficiente para debates a fondo, y algunas Partes no pudieron intervenir el último día.

El próximo taller tendrá lugar antes de la COP 30, momento crucial para discutir qué decisión viable se puede tomar en Belém para reconocer el trabajo realizado, continuar (o no) el diálogo y cuál es el formato más efectivo para asegurar no sólo la continuidad de las discusiones, sino también un proceso de implementación.


Taller sobre el artículo 9.5

El tercer taller bienal sobre el Artículo 9.5 del Acuerdo de París reunió a las Partes y observadores para debatir experiencias en la preparación de comunicaciones bienales sobre financiación climática, su utilidad para los países en desarrollo y las maneras de mejorarlas, especialmente para fundamentar el Balance Global. Entre los desafíos destacados se incluyen la baja previsibilidad de los compromisos financieros debido a las limitaciones políticas y presupuestarias en los países desarrollados, las dificultades técnicas para consolidar los datos y la necesidad de una definición clara de la financiación climática. Otras Partes también abogaron por estándares comunes y datos más cuantitativos sobre el equilibrio entre mitigación y adaptación. También se debatieron mejoras en la coordinación con los Informes Bienales de Transparencia (IBT), la separación de las comunicaciones voluntarias y la importancia de alinear los informes con las necesidades de los países en desarrollo. Finalmente, se destacó que la próxima COP contará con un Diálogo Ministerial de Alto Nivel destinado a actualizar las directrices para estas comunicaciones, centrándose en el nuevo objetivo colectivo de financiación climática, el acceso directo a la financiación y la comparabilidad entre los informes ex ante y ex post de los Artículos 9.5 y 9.7.


Género

Durante la SB 62, las Partes comenzaron a desarrollar un nuevo Plan de Acción de Género (PAG), que se negociará y adoptará en la COP30. Esta fue la primera ronda de negociaciones bajo el nuevo mandato del Programa de Trabajo de Lima sobre Género (PTL), que se prorrogó por diez años más en la COP29. El proceso comenzó con un taller técnico de tres días que reunió a las Partes y a representantes de la sociedad civil para revisar las actividades del plan actual, identificar brechas y proponer nuevas acciones. La metodología adoptada fue participativa y colaborativa, utilizando el Plan de Acción de Género anterior como referencia central para el nuevo plan.


Con base en las aportaciones técnicas del taller, la Secretaría preparó un primer borrador del nuevo plan, que posteriormente se debatió en consultas informales entre los países. Durante las tres sesiones, las Partes revisaron las 31 actividades propuestas y optaron por posponer hasta la COP las discusiones sobre los resultados previstos, las entidades responsables y los plazos. Las negociaciones se caracterizaron principalmente por la cooperación, y las Partes aunaron esfuerzos para avanzar a pesar de sus diferencias.


El principal punto de fricción fue la inclusión de lenguaje sobre financiamiento. Países del G77+China, el Grupo Africano y la AOSIS abogaron por la necesidad de reconocer la importancia del apoyo financiero para la implementación del plan, incluyendo una referencia al financiamiento directo para organizaciones de base lideradas por mujeres. Los países desarrollados, por otro lado, argumentaron que el mandato actual no permite la creación de nuevos compromisos financieros, sugiriendo que el enfoque se mantenga en la implementación y el desarrollo de capacidades institucionales. Noruega propuso un punto intermedio, aceptando la inclusión de referencias a la sensibilización y el desarrollo de capacidades en finanzas con perspectiva de género, siempre y cuando no hubiera compromisos explícitos. Otro tema frecuentemente discutido fue el reconocimiento de grupos específicos, como las personas de ascendencia africana, las mujeres agricultoras, los pueblos indígenas y las comunidades locales.


Las negociaciones concluyeron en ocho días, con la consulta informal final. Tras la presentación del segundo borrador por parte de la secretaría, el texto no sufrió modificaciones y se mantuvo como base para las negociaciones finales durante la COP30. Sin embargo, las Partes acordaron celebrar un nuevo taller técnico antes de la conferencia, con el objetivo de consolidar las actividades, debatir los resultados y reducir el número de notas informales presentes en el texto. El Grupo Africano propuso que esta reunión se celebrara en Etiopía durante la Semana Africana del Clima en septiembre. El resultado de la SB 62 es un borrador completo, firmemente anclado en el plan anterior, que incorpora diversas propuestas presentadas y que ahora debe madurar políticamente en Belém.


Transparencia

Las discusiones sobre transparencia en el SB 62 fueron intensas y reflejaron tanto desafíos técnicos como tensiones políticas. Uno de los principales puntos de la agenda fue la prestación de apoyo financiero y técnico a los países en desarrollo. A lo largo de la semana, el G77+China, AILAC, los países menos adelantados (LMDC) y los países africanos informaron sobre los obstáculos que encontraron para acceder a la financiación del FMAM, destacando la lentitud, la burocracia y la interrupción de la continuidad institucional de los procesos de presentación de informes. El Reino Unido y otros países desarrollados insistieron en que la CMNUCC no tiene el mandato de guiar directamente al FMAM, lo que paralizó parte de las negociaciones. En la segunda semana, con el objetivo de contar con un tema más estructurado para trabajar en Belém durante la COP 30, Brasil solicitó tiempo adicional para las negociaciones. Como resultado, recibimos un borrador con propuestas como la simplificación de los procesos de financiación, la realización de talleres y el fomento del diálogo entre los países y el FMAM. Sin embargo, el texto sigue estancado, lo que indica diferencias que deben superarse.


Otro punto importante fue el debate sobre el Grupo Asesor de Expertos (AGE), considerado esencial para brindar apoyo técnico y desarrollo de capacidades a los países en desarrollo. Hubo consenso entre las Partes respecto a la importancia del grupo, especialmente en el contexto de la implementación del nuevo marco de transparencia del Acuerdo de París (Marco de Transparencia Reforzado - ETF). Sin embargo, persistieron los desacuerdos en tres puntos clave del texto: el plazo para la renovación del mandato, la composición de los miembros y la revisión de los términos de referencia. Los países en desarrollo, liderados por el G77+China, abogaron por un mandato permanente, manteniendo la composición actual y sin cambios sustanciales en los términos de referencia. Los países desarrollados, por su parte, propusieron que el AGE tuviera un mandato renovable (de tres o seis años, con opciones para 2029 o 2032), así como una nueva composición con una distribución numérica de los miembros por región, incluyendo puestos específicos para los PMA, los PEID y representantes de organizaciones internacionales. Frases como «transición a los BTR» e «implementación plena del ETF» suscitaron especial oposición por parte del G77+China, mientras que la UE defendió su inclusión. El texto continúa con múltiples opciones entre corchetes y se revisará en la COP 30.


En cuanto a la prestación de apoyo financiero y técnico en virtud del Artículo 13 del Acuerdo de París, las Partes buscaron organizar una respuesta más estructurada a las dificultades encontradas en la implementación del ETF. El G77+China propuso un plan de trabajo trienal, resúmenes periódicos de las lecciones aprendidas y más canales de diálogo con el FMAM. La oposición del Reino Unido y otros países desarrollados a cualquier mención de orientación al FMAM marcó los debates. El texto analizado brindó orientación sobre medidas para simplificar los procesos de financiamiento, estandarizar los modelos de proyecto y fortalecer las capacidades institucionales. El contenido se revisará en Belém, con la expectativa de nuevos talleres y presentaciones sobre experiencias nacionales.


La agenda relativa a la información contenida en las Comunicaciones Nacionales de los Países no incluidos en el Anexo I de la Convención avanzó de forma limitada. No se avanzó en las deliberaciones sobre la propuesta de consolidar la información en informes resumidos, propuesta impugnada por países como Sudáfrica y el Grupo Africano, que advirtieron sobre los riesgos de comparaciones indebidas entre países con capacidades técnicas muy diferentes. Ante la falta de consenso, se decidió incluir el tema en la agenda provisional de la SB63, pero que se consideraría en suspenso hasta que surgieran condiciones más favorables para su tratamiento.


El evento de Consideración Facilitadora y Multilateral del Progreso (CMF), organizado por el Ministerio de Finanzas (MFCP), permitió un enriquecedor intercambio de experiencias entre países como Guyana, Panamá y Andorra en relación con sus procesos de desarrollo y revisión de los Informes de Transparencia y Estabilidad (BTR). Se informaron dificultades técnicas y estrategias para superarlas, como el uso de recursos internos y la recontratación de los equipos que participaron en el primer ciclo de presentación de informes. El formato del CMF se consideró útil y se propusieron sugerencias como la presentación anticipada de preguntas técnicas para facilitar futuras rondas.


Medidas de respuesta

Los impactos de la implementación de medidas de respuesta se refieren a los efectos, tanto dentro como fuera de las jurisdicciones nacionales, derivados de las políticas y acciones de mitigación adoptadas por las Partes en virtud de la Convención, el Protocolo de Kioto y el Acuerdo de París. Durante las negociaciones sobre este tema, además del Foro sobre Medidas de Respuesta, se estableció en 2018 el Comité de Expertos de Katowice (KCI), encargado de brindar apoyo técnico al Foro mediante informes anuales.


En Bakú, durante la COP29, se adoptó un nuevo plan de trabajo del Foro sobre Medidas de Respuesta para el período 2026-2030, que abarca 17 actividades. También se solicitó al KCI que, en su informe de 2025, estableciera un cronograma y métodos de implementación para las actividades descritas en él. Asimismo, se exigió al Foro que incorporara cuestiones sustanciales en su plan de trabajo, basándose en el informe anual del KCI.


En este contexto, al inicio de las negociaciones, el G77/China, con el apoyo del Grupo Árabe, el Grupo Africano y los Países en Desarrollo a Nivel Mundial (LMDC), solicitó que se debatieran las actividades prioritarias del KCI y el Foro, teniendo en cuenta el plan de trabajo 2026-2030. Se generó una gran controversia en torno a una actividad incluida en el plan, la de analizar los impactos de las medidas de respuesta, «incluidos los impactos transfronterizos». Con base en esta redacción, el G77/China sugirió que el debate sobre medidas comerciales unilaterales o proteccionistas se designara como actividad prioritaria para el KCI y el Foro, considerando que dichas medidas conllevan la retirada de la financiación climática de los países en desarrollo. Por otro lado, la Unión Europea, el Reino Unido, Australia, Canadá y otros países desarrollados argumentaron que no había razón para apresurar estas discusiones, considerando que el informe del KCI de 2025 se publicará en el segundo semestre del año y que, en su opinión, el Foro no tenía el mandato para debatir medidas unilaterales.


Otro tema abordado fue la celebración de diálogos globales anuales sobre los impactos de las medidas de respuesta. Algunos países, como Japón, expresaron su preocupación por los recursos financieros involucrados. Para los países en desarrollo, estos diálogos representan oportunidades para debatir los nuevos impactos de las medidas de respuesta, incluidos los derivados de medidas unilaterales.


El último día del SB62, las Partes acordaron aceptar la consolidación de un resumen informal de las discusiones, que no representa un acuerdo formalmente adoptado, pero que servirá como base para las negociaciones en Belém.


Tecnología

Las negociaciones sobre tecnología climática se centraron en tres frentes principales: definir la estructura y el alcance del nuevo Programa de Implementación de Tecnología (TIP), revisar las funciones y el futuro del Centro y Red de Tecnología del Clima (CTCN), y establecer vínculos institucionales entre el Mecanismo Tecnológico y el Mecanismo Financiero de la Convención, que incluye fondos como el FVC y el FMAM.


Vínculos entre el Mecanismo Tecnológico y el Mecanismo Financiero de la CMNUCC

Las discusiones sobre las conexiones entre el Mecanismo Tecnológico y el Mecanismo Financiero de la CMNUCC giraron en torno a tres ejes principales: el alcance de la colaboración institucional y el rol de la Secretaría; el tipo y la frecuencia de los informes sobre el apoyo financiero para la transferencia de tecnología; y si el tema específico sobre las conexiones debería permanecer en la agenda de la CMNUCC. El G77 + China ha mantenido que este tema es estratégico para garantizar el acceso a los recursos en los procesos de reposición del FVC y el FMAM y ha expresado su disposición a ajustar la redacción, siempre que los negociadores financieros aborden el debate.


Países desarrollados, como el Reino Unido, Noruega y Canadá, propusieron diluir el tema y transferir el debate a informes conjuntos del TEC (Comité Ejecutivo de Tecnología del Mecanismo Tecnológico) y el CTCN, lo que reduciría su influencia política. También hubo controversia sobre la propuesta del G77 de incluir informes técnicos periódicos que detallen cómo las solicitudes de asistencia técnica se convierten (o no) en proyectos financiados. Finalmente, el futuro de este tema en la agenda sigue siendo objeto de debate. El borrador del texto incluye una opción que propone eliminarlo como tema independiente y otras que abogan por su mantenimiento, con revisiones periódicas vinculadas a los ciclos de reposición de fondos. Las Partes decidieron continuar la consideración de la agenda en el SBI 63, basándose en el texto disponible, para tomar una decisión en la COP30.


Revisión de las funciones y el futuro del CTCN

Las Partes también debatieron la renovación del mandato del CTCN. A pesar del reconocimiento general de su importancia, la duración de la renovación sigue siendo incierta, al igual que la necesidad de revisar el proceso de selección de la entidad anfitriona. El G77 ha impulsado un mandato más amplio y orientado a la implementación, con mayor presencia regional. Los países desarrollados, por su parte, prefieren preservar el enfoque técnico del centro, evitando la expansión institucional sin una evaluación clara del desempeño.


Otro punto de debate en la revisión del alcance funcional del CTCN, liderada por los países en desarrollo, es que el centro debería desempeñar un papel más directo en la formulación de propuestas de financiamiento y el apoyo a la implementación de tecnología. Sin embargo, algunos países desarrollados expresan su preocupación por una posible superposición de funciones con el FVC, el FMAM e incluso el TEC. También está en juego el papel del CTCN en relación con el nuevo TIP: aún está por verse si será el principal ejecutor del programa o un mero socio técnico.


Programa de Implementación de Tecnología

Creado por la decisión de la COP 28, el TIP busca apoyar la implementación de las prioridades tecnológicas definidas por los países en desarrollo. Busca trascender la fase de planificación para convertirse en un instrumento operativo para la distribución de tecnología. Para su aplicación, es necesario definir su gobernanza, alcance funcional, fuentes de financiación y coordinación institucional, puntos todos ellos aún en debate.


Las Partes expresaron opiniones divergentes sobre el nivel de ambición del programa. El G77, especialmente los PMA y los pequeños Estados insulares, abogó por un marco sólido con objetivos concretos, centrado en la innovación autóctona y la justicia climática. Los países desarrollados se mostraron cautelosos respecto a los compromisos vinculantes, especialmente en materia de financiación, barreras comerciales y propiedad intelectual. También hubo desacuerdo sobre los criterios para definir las tecnologías incluidas en el programa: el Reino Unido, por ejemplo, desea vincularlas a los resultados del GST, con énfasis en la transición energética, mientras que países como Brasil, China, AILAC y el Grupo Africano argumentan que las prioridades deben guiarse por las necesidades nacionales.


Otro debate central es el tipo de relación que el TIP mantendrá con los mecanismos financieros. Las opciones varían desde un modelo basado en alianzas flexibles con bancos de desarrollo y actores privados hasta otro centrado en el fortalecimiento de las capacidades endógenas, con una participación más directa del TEC y el CTCN. La estructura y la operacionalización del programa también están en discusión. El G77 y China proponen un modelo amplio, con diálogos técnicos globales anuales coordinados por el OSE/OSACT o el TEC, participación multisectorial y una sólida integración con los programas existentes de la CMNUCC. Esta propuesta también incluye diálogos regionales e informes sistemáticos.


Por otro lado, países como la Unión Europea, Noruega y el Reino Unido han mostrado preferencia por modelos más concisos y episódicos, con dos diálogos técnicos centrados en temas específicos o formatos mixtos que combinan reuniones técnicas con eventos de alto nivel. Estas opciones priorizan la visibilidad política y las contribuciones específicas al Balance Mundial, pero con un menor grado de institucionalización. Así, las opciones abarcan desde modelos permanentes de gobernanza multisectorial (como los que promueve el G77) hasta alternativas más restringidas centradas en ciclos de implementación específicos. Las Partes decidieron continuar la consideración de la agenda en el OSE 63, basándose en el texto disponible, para su decisión en la COP 30.


Océanos

Si bien no fue un tema formal de negociación en la SB62, los océanos ocuparon un lugar destacado en ella a través de eventos obligatorios, dadas las sólidas sinergias entre el cambio climático y la protección de los océanos.


En la COP 26, se adoptó el Pacto Climático de Glasgow, una decisión que encomendó al OSACT organizar diálogos anuales para fortalecer las acciones basadas en los océanos. Así, en la SB 62, se celebraron dos días de "Diálogos sobre Océanos y Cambio Climático", donde diferentes actores pudieron presentar acciones centradas en los océanos, demostrando su conexión con los temas tratados en las negociaciones climáticas internacionales. Además, el segundo día de los diálogos, se realizó un taller donde los asistentes se dividieron en pequeños grupos para debatir las acciones y el papel de los diálogos dentro del sistema de la CMNUCC.


Los debates sobre los océanos se basaron en tres temas principales: (i) la adopción de medidas basadas en los océanos en las NDC; (ii) la inclusión de indicadores basados en los océanos en el GGA; y (iii) las sinergias entre los océanos, el clima y la biodiversidad.


En cuanto al primer tema, se impulsaron debates de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (ONUC-3), celebrada en Niza, Francia, una semana antes de la SB62. Allí, Brasil y Francia lanzaron conjuntamente el "Desafío de las NDC Azules", instando a las Partes a incluir acciones basadas en los océanos en sus NDC. En el primer día de los diálogos de la SB62, destacó la presentación del profesor Marinez Sherer, Enviado Especial de la Presidencia de la COP30, quien afirmó que el océano debe ser reconocido como parte central del sistema global y, por lo tanto, debe ser considerado en las NDC con compromisos medibles y trazables.


En cuanto al GGA, los diálogos señalaron que, además del secuestro de carbono en los océanos, su preservación conlleva numerosos beneficios adicionales, contribuyendo a la respuesta o mitigación de diversos impactos causados por el cambio climático, en particular en las poblaciones costeras. El representante del Sistema Mundial de Observación de los Océanos (GOOS), por ejemplo, mencionó que sería posible utilizar indicadores ya existentes en las convenciones internacionales para analizar la adaptación en el contexto de los océanos. Asimismo, los diálogos abordaron la necesidad de incluir los océanos en los Planes Nacionales de Adaptación (PNA).


En cuanto a las sinergias, los debates se centraron principalmente en la sinergia con el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), considerando la necesidad de restaurar los ecosistemas marinos. Colombia, por ejemplo, presentó su Estrategia y Plan de Acción Nacional sobre Biodiversidad (EPANB) con disposiciones específicas para la restauración de la biodiversidad marina, como objetivos de restauración de arrecifes de coral, para integrar la acción climática, la conservación de la biodiversidad y la resiliencia costera de forma coherente e inclusiva.


Disposiciones para reuniones intergubernamentales

Durante la SB 62, las discusiones sobre los preparativos para las reuniones intergubernamentales (ICM) se centraron en los preparativos para la COP30 en Brasil, los debates sobre la elección del país anfitrión para la COP31, con Australia y Turquía reiterando su interés, y las negociaciones sobre la eficiencia del proceso de la CMNUCC y la participación de las organizaciones observadoras. Si bien no se llegó a un consenso sobre la sede de la COP31, se trataron temas importantes entre las Partes durante las dos semanas de negociaciones. En cuanto a la eficiencia del proceso, se consideró que las COP se están convirtiendo en eventos muy grandes con altos costos para los países anfitriones, y que debería considerarse un límite para la acreditación como "exceso de participantes", un tipo de credencial emitida por las Partes a personas que no forman parte del equipo negociador ni del gobierno. Otra cuestión fue cómo lograr un mayor equilibrio geográfico entre las organizaciones observadoras y el orden de intervención en las negociaciones, ya que algunas Partes argumentaron, sin consenso, que los observadores deberían intervenir antes que las Partes sobre temas relacionados con la sociedad civil. También se solicitó que los acuerdos con los países anfitriones de la COP se publiquen en el sitio web de la CMNUCC para aumentar la transparencia y reducir los conflictos de intereses. El último día de negociaciones, se debatió la aplicación de las leyes nacionales de los países anfitriones en el edificio de la sede. Las partes no llegaron a un consenso al respecto, ya que la norma es que estos edificios se rijan por el derecho de la ONU durante la conferencia. Se decidió que las negociaciones sobre este asunto se llevarían a cabo en la SB 63, en Belém, a finales de año.


El texto con las conclusiones finales adoptadas por las Partes considera todas estas cuestiones, destacando la solicitud de que se decida lo antes posible la sede de la COP 31, consideraciones sobre el número de participantes acreditados y la constatación de que el acuerdo con el país anfitrión se publicará tan pronto como se firme.


Presupuesto de la CMNUCC

Las negociaciones sobre el presupuesto básico de la CMNUCC para el bienio 2026-2027 se prolongaron hasta los últimos minutos previos a la sesión plenaria final. Hubo un amplio reconocimiento de los desafíos financieros que enfrenta la secretaría, y las Partes debatieron diferentes escenarios presupuestarios, incluyendo propuestas que oscilaban entre un aumento del 1,2 % (75 millones de euros) y un aumento del 24 % (92,2 millones de euros), en comparación con el último presupuesto, aún por debajo de las necesidades reales estimadas por la Secretaría de la CMNUCC en 109,8 millones de euros. Brasil, por ejemplo, defendió el aumento del 24 % como una importante señal de multilateralismo y un reconocimiento del papel crucial de la secretaría en la gobernanza climática global. También se consideró una propuesta de transferencia única de 6 millones de euros del Fondo para un Desarrollo Limpio para modernizar la infraestructura de la secretaría y apoyar las actividades previstas en los artículos 6.2 y 6.4.


Las Partes acordaron un aumento del 10%, por un total de 81,5 millones de euros, que cubre solo el 74% de las necesidades reales presentadas por la Secretaría. Este acuerdo es crucial para que la Secretaría pueda informar, para la COP30, sobre la contribución que cada Parte deberá aportar al siguiente ciclo.

Una publicación de:

LACLIMA

Fecha de publicación de este artículo:

27 de junio de 2025, 9:00:00 a.m.

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